Camino a los altares: clausuran el proceso diocesano del “Santo de la bicicleta”

El Padre Martín Martín, querido sacerdote español radicado en Tucumán, dio un paso decisivo hacia la santidad con la clausura de la fase diocesana de su causa. La Iglesia local celebró este avance con una emotiva ceremonia y una misa de acción de gracias.

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La mañana del 19 de junio de 2025 no fue una más en el Seminario Mayor de Tucumán. A las 11:30, la solemnidad se impuso al murmullo, y la fe se transformó en rito: se clausuraba oficialmente el proceso diocesano de beatificación del Padre Martín Martín, el sacerdote que durante casi dos décadas recorrió las calles tucumanas en bicicleta llevando consuelo, consejo y una silenciosa pero firme vocación de servicio.

A 102 años de su nacimiento en Sonseca, España, y tras casi tres años de investigación intensa, se cerraron, sellaron y lacraron las cajas que contienen todo el expediente sobre su vida y virtudes heroicas. Documentos, testimonios y recuerdos que, a partir de ahora, serán enviados a Roma para iniciar la fase romana de la causa. Un paso crucial en el camino a los altares del que ya muchos fieles lo consideran merecedor.

Quienes lo conocieron lo recuerdan con afecto, sin alardes, sin estridencias. El Padre Martín no buscaba figurar. Su santidad —dicen— estaba en los gestos pequeños: en escuchar sin prisa, en celebrar la misa con devoción, en pedalear bajo el sol tucumano para visitar enfermos y familias. Fue vicario parroquial de Nuestra Señora de Montserrat durante los últimos 19 años de su vida, y su presencia aún habita esos muros.

En la ceremonia de clausura, presidida por el arzobispo Carlos Sánchez, participaron también el tribunal que instruyó la causa: el delegado episcopal, padre Jorge Blunda; el promotor de justicia, Dr. Alberto José Brito; y el notario, Dr. Fabián Sánchez. A ellos se sumó el postulador general de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, el padre Carlos Comendador, quien será el encargado de llevar las actas al Dicasterio para las Causas de los Santos.

Desde octubre de 2022, la Arquidiócesis se abocó a investigar a fondo la figura del Siervo de Dios. Se escucharon más de cincuenta testigos. Hablaron quienes lo trataron en Tucumán, en Buenos Aires y también familiares de su tierra natal en España. A eso se sumó el trabajo de una Comisión Histórica que escarbó en archivos y documentos personales, con la colaboración de historiadores y teólogos. Entre ellos, el P. Miguel Ángel Dionisio Vivas, autor de su biografía “El santo de la bicicleta”.

También llegaron cartas, anécdotas, recuerdos espontáneos de vecinos y parroquianos. Todos querían contar algo. A todos les dejó algo.

La sesión de clausura no solo fue un acto jurídico-canónico. Fue un acto de memoria y gratitud. De esa fe que se abraza a lo cotidiano y se convierte en historia viva. Tras el cierre oficial del expediente, la Catedral de Tucumán se llenó de fieles para la misa de acción de gracias. Velas, lágrimas y un aire de celebración contenida: muchos ya lo sienten santo, aunque el Vaticano aún deba confirmarlo.

Ahora, el proceso entra en su fase romana. Las actas serán revisadas en el Vaticano. Si se confirma la heroicidad de sus virtudes, el Padre Martín será declarado Venerable. Luego, hará falta un milagro atribuido a su intercesión para su beatificación. Y otro más para la canonización.

Pero en Tucumán, hace rato que su nombre se pronuncia con devoción. En las parroquias, en los pasillos del seminario, en las calles por las que solía andar en bicicleta, el Padre Martín ya es mucho más que un recuerdo: es un modelo, un referente silencioso de santidad posible.

Y ahora, también, un paso más cerca de los altares. /El Ocho Tv