"Todavía estoy en shock": un tucumano nadó en el glaciar Perito Moreno y ganó una medalla de oro y bronce

Fernando Cruz, un hombre de 35 años que trabaja en un supermercado en Tucumán, participó en la Winter Swimming World Cup en Santa Cruz. La experiencia fue un desafío mental y físico que jamás imaginó vivir.

818x460_250811121413_95645Foto gentileza Fernando Cruz

La Winter Swimming World Cup Argentina es un evento de natación de invierno que este año reunió en El Calafate a 150 nadadores de 17 países. En las distintas pruebas, los participantes se sumergen en aguas que rondan los dos o tres grados y lo hacen sin trajes de neopreno.

Fernando Cruz, es un tucumano de 35 años, se convirtió en el protagonista de una historia que combina esfuerzo, superación y conexión con la naturaleza. Este hombre, que trabaja en un supermercado, participó en la Winter Swimming World Cup Argentina, un evento internacional que se celebra hasta este domingo en el impresionante glaciar Perito Moreno, en Santa Cruz. Su participación en esta competencia de nado en aguas gélidas lo llevó a conquistar una medalla de bronce, un logro que jamás imaginó alcanzar, especialmente en un escenario tan imponente como el glaciar.

Lo que comenzó como un deseo de retomar la natación, después de años de haberse alejado de este deporte, se transformó en una experiencia transformadora. Fernando, que había practicado natación cuando era niño, volvió a conectarse con el agua a través del crossfit, donde el nado es parte del entrenamiento. Sin embargo, el verdadero desafío comenzó cuando vio una nota sobre la competencia en las noticias, donde Matías Olas, invitaba a los argentinos a sumarse. Al ver la nota, Fernando sintió una conexión instantánea y decidió participar. “Me erizaba la piel mientras veía la nota y pensé, yo tengo que estar ahí. Pero no por competir, sino porque estaba en una nueva etapa de mi vida, quería sanar, hacerlo como una terapia”, contó en dialogo con eltucumano.com 

El proceso de preparación fue más que físico, fue una experiencia mental y emocional que involucró el contacto con el frío extremo, un clima riguroso y una nueva relación con la naturaleza. “Sabía que el resultado no era lo más importante, lo que buscaba era conectar conmigo mismo. Quería estar a la altura del desafío y este evento me llevó a conectar con la naturaleza de una manera que nunca imaginé”, confesó Fernando, quien entrenó durante dos meses combinando natación y ejercicios de fuerza.

Su preparación incluyó entrenamientos en temperaturas extremadamente bajas. Nadar en invierno, bajo lluvias frías y con nieve, fue parte de su rutina. Fernando recuerda un día en particular, un lunes, cuando nadó en el Cadillal, mientras llovía, y cómo esa experiencia lo preparó para enfrentar lo que estaba por venir. Pero fue en la Cascada de San Javier, con sus aguas frías, donde realmente sintió que estaba recibiendo la preparación que necesitaba para enfrentar la competencia.

A lo largo de los entrenamientos, Fernando también incorporó terapias de frío, tomando baños en agua helada y exponiéndose a temperaturas extremas para preparar su cuerpo. “Lo que se busca con estas terapias es acostumbrar al cuerpo a la exposición al frío y lograr adaptarse. Yo sabía que el agua del glaciar sería mucho más fría que cualquier otra cosa con la que me había encontrado antes”, agregó.

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En la Winter Swimming World Cup, Fernando tuvo que nadar en aguas cercanas al glaciar Perito Moreno, con temperaturas que rozaban los 0°C. Además, la competencia consistía en un total de 8 carreras, de las cuales los participantes debían inscribirse en al menos 5. Fernando se inscribió en las pruebas de 50 y 100 metros de crol, así como en 50, 100 y 200 metros de pecho.

La experiencia fue desafiante, no solo por las condiciones extremas, sino por los momentos de ansiedad y autoboicot que vivió. “Me sentía un tucumano perdido en el glaciar”, recordó, refiriéndose a la magnitud del evento y lo imponente del paisaje. Sin embargo, superó esos momentos de incertidumbre y ansiedad, enfocándose en lo que había trabajado durante meses: dominar su mente. “El cuerpo está diseñado para adaptarse, pero la mente tiene que guiarlo. El caballo es el cuerpo y la mente es el jinete. Si el jinete está en calma, el caballo sigue”, explicó, destacando la importancia de mantener la concentración.

En la carrera de 100 metros de pecho, Fernando comenzó bien, pero al ingerir agua accidentalmente, comenzó a sentir el peso de su cuerpo. “Lo único que se mantiene caliente en el cuerpo son los órganos. Después, el cuerpo se pone más pesado”, dijo. A pesar de los inconvenientes, logró mantener la calma, concentrarse y terminar la carrera en segunda posición en su serie.

El momento culminante llegó cuando Fernando recibió la noticia de que había subido al podio. “Cuando me dijeron que subía al podio, no lo podía creer. Fue una mezcla de emociones, felicidad, mucha emoción”, relató. Obtener la medalla de bronce en esta competencia internacional, nadando en aguas del glaciar, fue un logro que para Fernando significó mucho más que un simple premio. Fue la culminación de un viaje personal de superación y de encontrar paz consigo mismo.

El contexto de su logro es aún más sorprendente cuando se considera que Fernando nunca imaginó llegar tan lejos, ni competir en un evento de tal magnitud. “Es algo completamente maravilloso, estar en un evento mundial, con rusos, brasileños, polacos, finlandeses. No caigo aún en lo que logré, pero fue una experiencia única y transformadora”, finalizó Fernando. /El Tucumano

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