El Congreso cerró 2025 con solo 11 leyes y marcó el nivel más bajo de la última década
15 de diciembre de 2025
El período ordinario de sesiones del Congreso nacional finalizó en 2025 con apenas 11 leyes sancionadas, el registro más bajo de los últimos diez años. El dato reflejó un año atravesado por la confrontación política, la debilidad parlamentaria del oficialismo y una oposición que logró imponer su agenda en ambas cámaras.
Según el Balance 2025 elaborado por Directorio Legislativo (DL), el bajo nivel de producción normativa se dio en un contexto de 22 sesiones, de las cuales casi la mitad fueron especiales. La dinámica parlamentaria estuvo dominada por negociaciones fragmentadas, dificultades para sostener una agenda regular y un uso intensivo de herramientas procedimentales antes que acuerdos amplios.

Uno de los rasgos distintivos del año fue el empleo récord de emplazamientos a comisión. En total se registraron 20, cuando en períodos anteriores el máximo había sido de tres. La oposición utilizó este mecanismo para forzar el tratamiento de proyectos que el oficialismo buscaba demorar, consolidando un Congreso en clave de control y resistencia frente al Poder Ejecutivo.
De las 11 leyes sancionadas, tres correspondieron a acuerdos internacionales enviados por gestiones anteriores. Las ocho restantes fueron impulsadas por la oposición. Ningún proyecto del oficialismo logró convertirse en ley durante el período ordinario.
Entre las normas aprobadas se incluyeron la declaración de emergencia en Bahía Blanca; dos aumentos para jubilaciones; la Emergencia en Discapacidad; la modificación de los Aportes del Tesoro Nacional a las provincias; el financiamiento de las universidades nacionales; la Emergencia en Salud Pediátrica y la Ley Nicolás.

La respuesta del Gobierno se expresó a través del veto. Siete de las 11 leyes fueron vetadas por el Poder Ejecutivo. En tres casos, el Congreso insistió y logró revertir la decisión presidencial, profundizando la tensión entre ambos poderes y reforzando el rol del Parlamento como contrapeso institucional.
La confrontación también se trasladó al control de los decretos de necesidad y urgencia. Durante 2025 se rechazaron cinco DNU sobre un total de 33, un número que marcó un cambio en la dinámica habitual de validación legislativa de las decisiones del Ejecutivo.
“El año estuvo marcado por una estrategia defensiva del oficialismo, que priorizó bloquear la agenda opositora antes que avanzar con iniciativas propias”, señaló el informe de Directorio Legislativo. La debilidad numérica de La Libertad Avanza en ambas cámaras condicionó la capacidad de negociación del Gobierno y limitó su margen de acción.
De cara a 2026, el escenario podría modificarse. Tras las elecciones de octubre, la nueva composición del Congreso dejó dos bloques mayoritarios en la Cámara de Diputados: La Libertad Avanza junto al PRO, con 95 legisladores, y Fuerza Patria, con 93. En el Senado, el interbloque oficialista se consolidó como segunda minoría.
Según DL, si el oficialismo logra construir alianzas estables, podría pasar de una estrategia reactiva a una propositiva. El desempeño legislativo del próximo año quedará condicionado por la capacidad política de transformar esa nueva correlación de fuerzas en acuerdos concretos. /Vove Tucumán






