Quemó caña, fue sancionado y la reparación terminó ayudando a 31 instituciones

Una quema ilegal de caña derivó en una reparación que terminó transformándose en una cadena solidaria con impacto directo en 31 instituciones sin fines de lucro de Tucumán. La medida se concretó a través de las políticas reparatorias del Ministerio Fiscal, que continúan ampliando su alcance en distintos puntos de la provincia.

El caso fue gestionado por la Unidad Fiscal de Delitos contra la Propiedad e Integridad Física de Monteros y permitió la entrega de equipamiento tecnológico —pantalla, impresora, computadora y proyector— a diversas organizaciones comunitarias. En esta oportunidad, la Fundación para el Desarrollo Local, Economía Social y Comunitaria, filial Santa Lucía, fue una de las beneficiarias.

El responsable del Equipo de Coordinación de Políticas Reparatorias (ECPR), Esteban Duhalde, explicó el alcance de la medida: “Por una quema de caña, un productor tuvo que hacer una reparación que se distribuyó en 31 organizaciones sin fines de lucro. Se tuvo en cuenta a quienes trabajan con personas con discapacidad, con adultos mayores y centros comunitarios principalmente”.

Desde la institución beneficiada, su presidenta Karina Palacios valoró el impacto del aporte recibido. “Gracias al ministro Edmundo Jiménez que está ayudando muchísimo a todas las instituciones en distintos puntos de la provincia y hoy nos toca a nosotros así que feliz de la vida”, señaló. Y agregó: “La fundación tiene varios sectores y estábamos necesitando material tecnológico para los cursos que brindamos, sobre todo los destinados a los adultos mayores. También trabajamos con los niños, por lo que nos urgía contar con una computadora, una impresora, una pantalla y un proyector”.

Palacios también destacó el alcance de la red solidaria impulsada desde el sitio losqueayudan.com.ar: “Es algo maravilloso lo que se está construyendo con la página que permite el contacto con otras instituciones. Hay muchos sectores que están necesitando, espero sigan así y que Dios los bendiga”.

La iniciativa tuvo un fuerte impacto comunitario en Santa Lucía, donde la fundación funciona como un espacio gratuito e inclusivo destinado principalmente a adultos mayores. En la actualidad participan más de 25 abuelos y abuelas, acompañados por 22 voluntarios, con actividades que incluyen yoga, educación física, tejido y bordado, arte decorativo, tango, folclore, canto y narración de cuentos.

Una de las alumnas del taller, Elena Villarreal, resumió el valor social del espacio: “Yo me aburría en casa y estas actividades nos sirven para entretenernos porque también bailamos”. /Vove Tucumán