Desde Tucumán al corazón de Ucrania: la incansable misión de Sor Lucía Caram
Acaba de liderar el 33º Corredor Humanitario organizado por la Fundación del Convent de Santa Clara.
Mientras las bombas siguen cayendo sobre Ucrania y millones de personas viven en el desarraigo, una mujer nacida en Tucumán continúa abriendo caminos de esperanza en medio del horror. Sor Lucía Caram, la monja dominica que hace décadas reside en España, acaba de liderar el 33º Corredor Humanitario organizado por la Fundación del Convent de Santa Clara, una entidad que se ha convertido en sinónimo de ayuda concreta en uno de los escenarios más dramáticos de Europa.
La operación culminó el pasado 15 de abril con la entrega de 12 autobuses —donados por el Ayuntamiento de Barcelona—, ambulancias, equipos médicos y material de emergencia en la frontera ucraniana. La logística no fue sencilla: los vehículos atravesaron mar y tierra, mientras que los insumos sanitarios —que incluían generadores eléctricos, torniquetes, desfibriladores y equipos de reanimación— fueron destinados a zonas de alto riesgo, donde la vida pende de un hilo.
“Este ha sido uno de los corredores más difíciles, pero también uno de los que más puede ayudar a salvar vidas”, expresó Sor Lucía en el acto simbólico de entrega, que tuvo lugar a las 2 de la madrugada, bajo la mirada atenta del general de la Guardia de Frontera de Ucrania, Andriy Kucharenko, y autoridades locales de Járkiv, ciudad especialmente golpeada por los ataques.
Sor Lucía no viaja sola. La acompaña un grupo de voluntarios catalanes —entre ellos, conductores del transporte público— que ya participaron en anteriores misiones. Esta vez, además de la entrega de ayuda, la Fundación logró evacuar a ancianos que habían perdido sus hogares tras bombardeos en la región de Jersón. “Seguimos tendiendo puentes donde solo hay ruinas”, dijo la monja tucumana, cuya fe se traduce en acciones concretas desde el inicio del conflicto bélico.
Una tucumana que abraza el mundo
Nacida en San Miguel de Tucumán, Sor Lucía Caram dejó el país en su juventud y se radicó en Manresa, España. Desde allí impulsa un modelo de solidaridad que combina espiritualidad, gestión y compromiso político con los sectores más vulnerables. Su figura se ha vuelto reconocida tanto por su frontalidad como por su entrega. Y aunque a veces incomoda a los poderes eclesiásticos o estatales, su credibilidad está respaldada por cada uno de los hechos que la Fundación lidera.
De acuerdo a La Gaceta de Tucumán, la religiosa ha encabezado personalmente más de treinta corredores humanitarios en Ucrania, donde ya entregaron 28 ambulancias y toneladas de insumos médicos. Su labor ha merecido reconocimientos en toda Europa, pero su norte, insiste, es siempre el mismo: “defender la vida, la paz y la dignidad humana”.
Un puente entre dos mundos
Del 2 al 10 de mayo, Sor Lucía volverá a tender un puente, esta vez para traer a España a 273 niños ucranianos. Son huérfanos, o han perdido el rastro de sus padres. El programa, llamado “273 sonrisas para Ucrania”, busca ofrecerles unas vacaciones en un entorno seguro. La Fundación llama a apadrinar a cada uno de ellos, y también a colaborar con el próximo corredor, previsto para junio. /La Gaceta





